La Navidad es una época de regocijo, de comunicación con nuestros familiares, amigos y conocidos; sin duda nos llena de gratas satisfacciones. Sobre todo cuando hablamos del compartir en la mesa.

Es precisamente en estas fechas donde acontecen grandes atentados contra la salud, vemos como existe una gran demanda de los servicios médicos durante y después de estas fiestas.

Prevención

La doctora Liliana Jiménez, gastroenteróloga del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), asegura que debemos estar alerta sobre las medidas de prevención, principalmente de las enfermedades relacionadas con la intoxicación alimentaria y por el abuso de las bebidas alcohólicas.

“Precisamente, hemos sido testigos de múltiples casos relacionados con estos excesos. La población infantil, adultos mayores y pacientes con deficiencias en su sistema inmunológico o con padecimientos digestivos previos son los más vulnerables”, indica.

Asegura que los principales alimentos implicados en las intoxicaciones son el hielo, el agua, los mariscos, los lácteos, el huevo, alimentos crudos, carnes poco cocidas y alimentos servidos en buffet con escasas medidas de seguridad en su elaboración y almacenamiento.

Las consecuencias

Entre las consecuencias de las intoxicaciones alimentarias una de las más importantes es el riesgo de deshidratación. Ante la presencia de evacuaciones liquidas frecuentes, vómitos, fiebre, es necesario iniciar la administración de líquidos a la menor brevedad posible y si persisten estos síntomas buscar ayuda médica temprana.

Recomendaciones

Ante estas situaciones se recomiendan alimentos cocidos, bajos en grasas, las frutas peladas como manzana, guayaba, consumir arroz, plátano verde, papa, zanahoria y carnes sin grasa horneadas o al vapor.

La higiene de las manos es clave para evitar infecciones por diferentes microorganismos, así mismo la limpieza de las superficies donde elaboramos estos alimentos, recordemos no preparar en la misma superficie (tabla de picar) alimentos crudos y cocidos.

Debemos tener en cuenta que en gran medida la calidad de vida depende de nuestra salud y una parte importante está determinada por nosotros mismos: nuestras costumbres, y en gran parte nuestros hábitos alimenticios.

Aunque disfrutemos de nuestras tradiciones con alegría, libertad, debemos recordar con responsabilidad que la moderación debe acompañarnos para mantenernos en un buen estado de salud.