La caspa es una descamación fina de color blanquecino de la capa exterior de la piel cabelluda como resultado de un aumento en la producción de grasa, irritación y/o el aumento en la cantidad de hongos que suelen ser normales en la piel, especialmente el Malassezia o Pityrosporum. La caspa se puede asociar con factores emocionales como el estrés o los desequilibrios hormonales.

La aplicación continua y excesiva de aerosoles o geles para el cabello, recogerse el cabello húmedo, así como el uso de gorras o sombreros, pueden irritar y provocar exceso de grasa en la piel cabelluda y estimular el crecimiento del hongo causante de la caspa.

La finas escamas blancas generalmente le dan una apariencia desagradable a la ropa, lo que incomoda a quien padece caspa, la cual es crónica, común, no contagiosa y generalmente comienza a manifestarse en la adolescencia y continúa en la adultez, apareciendo en ciertos momentos de la vida y apareciendo en otros o, en algunos casos, no volviendo a presentarse jamás. Por lo general la caspa suele aparecer o acentuarse más en invierno y tiende a atenuarse en el verano.

Los síntomas de la caspa pueden incluir enrojecimiento de la piel cabelluda, sensación de picazón, comezón, presencia de escamas finas y secas de color blanco (caspa seca), sin embargo pueden también llegar a ser escamas grandes, espesas y grasosas (caspa grasa), y en algunos pacientes se puede presentar caída de cabello. Las caspa no se limita únicamente a la piel cabelluda, también puede haber manifestaciones de descamación en cejas y barba.

El tratamiento debe contemplar, en un principio, acudir a consulta con el dermatólogo quien indicará el tratamiento adecuado. Además de la obligada visita al médico se pueden llevar a cabo las siguientes recomendaciones:

• No abandonar por ninguna razón el tratamiento señalado por el médico.

• Lavado diario del cabello con champús anticaspa los cuales se deben dejar actuar sin enjuagar el cabello por lo menos un minuto después de su aplicación.

• Alternar el lavado de cabeza con agua fría y caliente para estimular la circulación sanguínea de la piel cabelluda y ayudar a curar el padecimiento.

• Este tipo de productos contienen diferentes sustancias, alquitrán, azufre, sulfuro de selenio entre otros, por lo que el resultado puede variar entre personas, en ocasiones se deben realizar varios intentos con diversos champús para encontrar el resultado esperado.

• Cepillar el cabello de manera suave una o dos veces al día.

• Evitar rascarse la piel cabelluda para evitar la aparición de infecciones.

• No utilizar tintes, lociones alcoholizadas ni ningún otro producto químico que pueda agredir y deshidratar el cuero cabelludo.

• El no tener caspa no nos excluye de tener que llevar una adecuada higiene de nuestra piel cabelluda, por lo tanto es importante lavar el cabello cada 3 o 4 días.

• Recuerda que la caspa es como cualquier afectación del cuerpo en la que debemos recibir atención médica, en este caso con el dermatólogo, antes de utilizar cualquier remedio casero que pueda agravar el padecimiento y provocar incomodas consecuencias.