Islandia logró por primera vez en su historia la clasificación a los cuartos de final de la Eurocopa, luego de eliminar a Inglaterra por 2 a 1.

El histórico triunfo provocó la explosión de alegría de los islandeses que vivieron el partido en las gradas del estadio Allianz Riviera y de aquellos que lo siguieron a través de una pantalla gigante en la plaza principal de Reikiavik, capital de la isla.

La victoria de una nación cuya población no representa ni una décima parte de la de Londres es épica para un certamen que suele ser dominado por las principales potencias europeas.

Sin embargo, el fútbol ha vuelto a demostrar que David puede vencer a Goliat y que dentro del verde césped no hay salario, liga o nombre que pese más que otro.

Islandia ahora deberá enfrentar a Francia, local y candidata a quedarse con el título, pero los 340.000 islandeses que viven en la fría isla al norte de Europa contarán con el apoyo de los fanáticos de otras naciones que han elegido a esta selección como su equipo favorito en el certamen.