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Esta planta medicinal contiene enzimas que intervienen en el proceso de digestión, en la cual actúan descomponiendo moléculas de azúcar y grasa, y funcionando como bradiquinasa, amilasa y lipasa, sustancias que ayudan a combatir la inflamación.
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Sus minerales aumentan el rendimiento de los diferentes sistemas del organismo, beneficiando el metabolismo. Los más destacados son hierro, cobre, zinc, sodio, magnesio, potasio y selenio.
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Asimismo, las vitaminas que puedes encontrar en el Aloe vera son A, C y E. Existen estudios que sugieren que aunque no es de origen animal contiene niveles de B12, por lo que se sigue estudiando.
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El adaptógeno que contiene esta planta aumenta las defensas del cuerpo, potencia el sistema inmunológico y facilita la digestión, porque tiene propiedades reguladoras y calmantes que ayudan a disminuir el estreñimiento. Su consumo constante mejora el funcionamiento de la flora intestinal y a la desintoxicación del cuerpo.
Quienes la utilizan también resaltan que trabaja oxigenando la sangre, ayudando la circulación de glóbulos rojos. Es por esto que se convierte en un aliado para disminuir el colesterol y mejorar la presión arterial.
De igual manera, su consumo promueve la producción de glutatión, compuesto que protege al hígado. Este súper antioxidante juega un papel crítico en la producción de glóbulos blancos (muestra defensa contra enfermedades infecciosas e invasores).
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Para calmar los síntomas, su utilización es cada vez más frecuente en los pacientes con artrosis y artritis, ya que sus propiedades curativas ayudan a calmar el dolor, reduciendo la inflamación, por su capacidad de regular los niveles de azúcar en la sangre y combatir la diabetes. Su jugo puede ayudar a regular la glucosa en el torrente sanguíneo mejorando la salud de las personas que sufren de diabetes. Su consumo regular también puede mejorar la salud de los riñones y el colon, que son dos órganos afectados por la diabetes.
