Comer en la calle para muchos neoyorquinos como la dominicana Altagracia Morales, es un acto de fe. Y aunque ella desayuna y almuerza con mucho agrado, cinco días a la semana, en los carritos y puestos de comida que existen en la Gran Manzana, siente que muy seguramente no todos los 20,000 lugares de venta ambulante que hay cumplen los mayores estándares de higiene y calidad. “Uno solo confía en que la comida es sana y limpia porque sabe buena, pero uno no sabe de verdad qué tan higiénicos son”, comenta.
Pero un proyecto de ley que fue aprobado este martes en el Comité de Salud del Concejo, la hace sentir más aliviada.
A través de la iniciativa 1456-A, presentada por la concejal de Queens Karen Koslowitz, se ordena que los vendedores de comida tengan en un lugar visible las calificaciones obtenidas tras las inspecciones de sanidad, a fin de que los clientes sepan en que clase de restaurante ambulante están comiendo.
La nueva ley, que deberá ser aprobada en los próximos días en la plenaria del Concejo, desea equiparar la reglamentación de los restaurantes a la de los carritos y puestos de comida callejera, solicitando al Departamento de Salud e Higiene de Nueva York (DOHMH) que emita una calificación en letras (A, B,C) según la calidad de la inspección, y a los vendedores que cuelguen la evaluación al alcance de los clientes.
“Aprobar esta iniciativa me llena de emoción porque finalmente los neoyorquinos van a saber en qué tipo de lugares están comiendo cuando van a los carritos y puestos en la calle”, manifestó la promotora de la iniciativa, quien agregó que además de proteger a los consumidores, eleva los estándares de calidad de los vendedores, pues muchos se esforzarán más para obtener una “A” como calificación. “Todos los vendedores están felices con esto, porque además aumentará sus clientes”.
El mexicano Natalio Martínez, quien trabaja en un carrito del Bajo Manhattan, donde venden tamales en salsa verde, omelets, sandwiches, desayunos, café y todo tipo de panes, ve con buenos ojos la nueva ley.
“Está muy bien que lo hagan porque así los clientes van a saber exactamente como es que cocinan la comida y los que cumplimos con las normas de higiene vamos a estar bien calificados”, aseguró el inmigrante de Puebla, quien confesó que solo tiene un temor con la nueva legislación.
“Lo único que espero es que también haya control sobre los inspectores, porque así como a veces hay muchos que son justos, hay otros que se pasan de duros y podrían terminar poniendo calificaciones malas a quienes no se las merecen y aumentando las multas”, dijo.
El concejal Mathieu Eugene, otro de los políticos que promovió la legislación, manifestó que aunque estas calificaciones aumentan la confianza en los consumidores, entiende que haya cierto temor entre los vendedores.
“Esos temores son legítimos, porque cada vez que se eleva la ley, la gente puede temer que sus negocios estén en peligro, y aunque se trata de la salud de la gente, tenemos la obligación de proteger también a los vendedores, porque ellos viven de eso”, dijo el concejal. “Así que si cuando la ley se implemente, alguien ve o siente que está en problemas o que están siendo injustos con ellos, los vamos a proteger y podrán emitir sus quejas”.
Matthew Shapiro, abogado del Proyecto de Vendedores Ambulantes, del Urban Justice Center, se mostró complacido con que la iniciativa haya sido aprobada en el Comité de Salud del Concejo y la describió como un reconocimiento que evidenciará aun más la gran labor que prestan esos carritos y puestos ambulantes.
“Los vendedores ambulantes de alimentos venden alimentos seguros y deliciosos y merecen ser reconocidos de la misma manera que cualquier otro establecimiento de servicios de comida legítimo”, concluyó.
La ley entrará en vigor 270 días después de ser aprobada.
Datos de la ley 1456-A
- A,B y C, serán las calificaciones que recibirán los carritos y puestos de comida tras las inspecciones de sanidad, como los restaurantes
- 270 días después de aprobada la ley entrará en vigor
- La calificación debe estar puesta en un sitio visible del carrito o el puesto de comida
- 20,000 vendedores ambulantes de comida se calcula que hay en la ciudad
- 30 inspectores de sanidad trabajan actualmente con los carritos de comida ambulante
- 3 nuevos inspectores serán contratados
- $225,690 serán los gastos anuales en la implementación de la nueva ley
Fuente: eldiariony.com
