El coronavirus alcanzó este viernes al más notorio de sus escépticos, el presidente estadounidense Donald Trump, que fue hospitalizado, mientras Madrid quedó bajo un resistido cierre perimetral.
El propio mandatario, de 74 años, comunicó en Twitter que él y su esposa Melania, de 50, estaban infectados, una noticia que agita el panorama político a un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
“Esta noche la primera dama y yo dimos positivo por COVID-19. Empezaremos inmediatamente nuestra cuarentena y recuperación. ¡Venceremos esto JUNTOS!”, tuiteó Trump.
“Quiero agradecer a todos por el tremendo apoyo”, dijo Trump en un video publicado en Twitter poco antes de subir al aparato, sus primeros comentarios públicos desde que anunció que había dado positivo al coronavirus en la madrugada.
“Voy al Hospital Walter Reed. Creo que estoy muy bien. Pero vamos a asegurarnos de que todo salga bien”, explicó, y agregó que su esposa Melania, también contagiada del virus, está “muy bien”.
Más temprano, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, había dicho que el presidente está con “fatiga” aunque de “buen ánimo”, y agregó que recibió una dosis de un tratamiento experimental con un cóctel sintético de anticuerpos.
El entorno del mandatario se sometió a pruebas, que en caso de su vicepresidente Mike Pence y su hijo Barron arrojaron resultados negativos.
El candidato demócrata Joe Biden, que deseó a Trump una pronta recuperación y estuvo junto a él el martes pasado en el debate presidencial, también dio negativo a la prueba de COVID-19.
La ironía no se le escapó a nadie: mientras el mandatario, que inclemente se mofó de su rival por cuidarse del coronavirus, está en cuarentena en la Casa Blanca, Biden, que lo aventaja en las encuestas, sigue en campaña para los comicios del 3 de noviembre.
En un evento en Grand Rapids, Michigan, pidió no hacerse el “duro” con el COVID-19 y usar barbijo.
Precisamente una de las cuestiones que penaliza más a Trump en los sondeos es su gestión de la crisis sanitaria.
Empezó por minimizar la pandemia y siempre se opuso a las medidas restrictivas para frenar los contagios para evitar daños en la economía. Al final, Estados Unidos es el país más enlutado del mundo con más de 207.000 muertos, es decir una quinta parte de los decesos mundiales por COVID-19.
Otros líderes en el mundo antes que él pasaron la enfermedad, como el brasileño Jair Bolsonaro, el primer ministro británico Boris Johnson, el presidente hondureño Juan Orlando Hernández, la boliviana Jeanine Áñez o el guatemalteco Alejandro Giammattei.
En Europa, donde ya hay más de 233.099 muertos y 5.5 millones de contagios desde finales de 2019, el aumento de los nuevos casos de COVID-19 es vertiginoso y obliga a países como Francia y España a incrementar las restricciones.
Así, los madrileños quedaron bajo un cierre perimetral resistido por las autoridades locales y de difícil aplicación en una hormigueante conurbación de más de 4.5 millones de personas.
“Gracias por el caos, Pedro Sánchez”, tuiteó Isabel Díaz Ayuso, presidenta regional madrileña.
Desde Bruselas, el presidente del gobierno español dio cuenta del “momento de extraordinaria gravedad” que vive Madrid.
El confinamiento de la capital y nueve localidades vecinas será “por un período inicial de catorce días, pudiendo ser prorrogado” en función de la evolución epidemiológica, señaló el boletín oficial de Madrid.
Los habitantes de las zonas afectadas solo podrán salir de sus vecindarios para trabajar, ir al médico o llevar a los niños al colegio.
Pero podrán moverse dentro de sus municipios y no estarán confinados en sus casas, como ocurrió en primavera boreal en toda España, que, con 31.800 decesos desde el inicio de la pandemia, es el país de la Unión Europea con la peor incidencia del virus, con 284 casos cada 100.000 habitantes, cifra que en Madrid llega a 735.
En Francia, donde el número total de fallecidos superó los 32.000 el jueves, las autoridades sanitarias anunciaron que París está a punto de pasar al nivel de “alerta máxima”, a partir del lunes. Es decir, deberán cerrar bares y restringirse severamente las reuniones sociales.
En todo el mundo, más de 34 millones de personas han sufrido ya el coronavirus, según cifras de la AFP basadas en fuentes oficiales, pero el número real de infectados y fallecidos es sin duda mucho mayor.
América Latina y el Caribe es actualmente la región más golpeada, con más de 349.000 fallecidos y 9.5 millones de casos.
El viernes, la mayoría de unos 3.000 migrantes hondureños que entraron la víspera a Guatemala haciendo caso omiso de las restricciones sanitarias por la pandemia, avanzaban en forma dispersa en su recorrido para llegar a México y continuar rumbo a Estados Unidos.
El gobierno mexicano desplegó militares y agentes migratorios para impedir el ingreso del grupo, que huye de la pobreza y la violencia en Honduras, mientras que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, ordenó su detención por ingresar ilegalmente al país y poner en peligro la salud de los guatemaltecos, aunque hasta el momento no se habían producido operativos policiales.
No obstante, unos 300 migrantes resolvieron regresar a Honduras.
