A la risa, popularmente, se le considera básicamente una respuesta a momentos o situaciones de humor, como expresión externa de diversión, y se le relaciona con la alegría y la felicidad, explica Antonio E. Ruiz Ortiz, psicólogo.

El “arte de reír” puede mermar por las responsabilidades del día a día, los problemas económicos, laborales, familiares y de salud hasta en el más optimista de los seres humanos, que según un estudio realizado por la Universidad de Kentucky, Estados Unidos, es una actitud que ayuda a mejorar el funcionamiento de tu sistema inmunológico. Y es que reír es un aspecto importante al momento de ser optimista, ya que además de darle tu mejor cara al mundo, también es un gesto que te hace más cercano, afable y  agradable para compartir.

Numerosos estudios han demostrado que la risa ayuda a movilizar la musculatura, reduce el estrés, aumenta la frecuencia cardíaca, mejora la capacidad respiratoria, fortalece el sistema inmunitario y produce endorfinas, las hormonas de la felicidad.

La risoterapia

Según Ruiz Ortiz, egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, la risa suele aparecer de forma más o menos simulada, como complemento emocional de los mensajes verbales, así como en situaciones de estrés o en conductas de tipo lúdico, como las cosquillas. Pero la risa también puede aplicarse como tratamiento, el cual se conoce como risoterapia.

“La risoterapia es un neologismo que define una técnica, ya utilizada desde la antigüedad, aunque no bajo el calificativo de terapia. Consiste, como su nombre indica, en humor terapéutico”, agrega Ruiz Ortiz.

El pionero de esta técnica no fue un médico, sino un paciente. Un alto ejecutivo de Nueva York, Norman Cousins, fue diagnosticado de espondilitis anquilosante, una enfermedad muy dolorosa. El agravamiento de los síntomas se acentuó cuando Norman entró en una depresión. A partir de que uno de sus médicos le recomendase ver películas cómicas, siguió el consejo a “rajatablas” y fue testigo de su mejoría.

Posteriormente, en 1979, publicó un libro titulado en español “Anatomía de una enfermedad”, en el que explica que tan solo 10 minutos de carcajadas le proporcionaban alivio para las 2 horas siguientes. En 1988 se creó la Asociación para el Humor Terapéutico y Aplicado, formada por especialistas que confían en el poder curativo de la risa, quienes definen el “humor terapéutico” como “cualquier intervención que promueva la salud y el bienestar, estimulando el descubrimiento alegre, la apreciación o expresión de lo absurdo o lo incoherente de las situaciones de la vida”.

Ruiz Ortiz considera que mucha gente desconoce los buenos y ventajosos efectos de la risa sobre la salud y el bienestar.

“Algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas, pues el humor reduce las hormonas del estrés. Además, una carcajada intensa aumenta el ritmo cardíaco, estimula al sistema inmune, potencia el estado de alerta y nos hace ejercitar los músculos, sin olvidar que al reírnos aumentan los niveles de endorfinas, el anestésico natural del cuerpo”, detalla Ruiz Ortiz, quien asegura que después de “echar unas risas” el organismo sigue notando sus efectos.

Tras reírnos, hay un breve período durante el cual la presión sanguínea baja y el corazón se desacelera. Según las investigaciones, lo recomendable es hacer ejercicios de 30 minutos diarios y 15 minutos de humor.

Ruiz Ortiz cita el estudio realizado en 1980, por el psiconeuroinmunólogo Lee S. Berk, quien demostró los efectos positivos de la risa, entre los que se encuentran: libera del temor y la angustia, ayuda a aplacar la ira, contribuye a un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades y favorece la digestión al aumentar las contracciones de todos los músculos abdominales.

Otro beneficio de la risa, según investigaciones realizadas por la Universidad de Kansas, es que sonreír cuando se está en momentos de estrés ayuda a frenar los efectos nocivos del nerviosismo sobre el organismo y a reducir la frecuencia cardíaca.

Consciente de esto, es hora de disfrutar un poco más de la vida y de los múltiples beneficios de reír; ya que al hacerlo, disminuye la hipertensión, al aumentar el riego sanguíneo y se incrementa la concentración de colágeno, un punto a favor de quienes “luchan” con el envejecimiento.

Procura dejar a un lado los problemas,  acepta las situaciones como vengan y trata de verle el lado bueno a lo malo. Como dice el popular refrán: “al mal tiempo, buena cara”.

Los adultos ríen menos que los niños

Según datos del Área de Atención y Servicio a los Voluntarios en la organización Risaterapia AC, en México, el estrés es responsable de la pérdida, por los adultos, de la capacidad de encontrar el lado positivo y divertido de la vida. Una muestra de ello, es que los adultos solo ríen entre 15 y 100 veces cada día, mientras que los niños tienen alrededor de 300 risas diarias.  Este dato puede darnos a entender por qué los niños son más felices, tiene más energía y están dispuestos a disfrutar de los detalles más pequeños.

Por Helen Jáquez / elcaribe.com.do

“La risa es un excelente antídoto para las personas con un cuadro depresivo y una alternativa para manejar los momentos de estrés”.
Antonio E. Ruiz Ortiz
psicólogo