La temporada de ensueño de las Águilas Cibaeñas ha sido motivo de orgullo para los cibaeños, quienes al inicio del campeonato no esperaban este resultado y, en muchos casos, dudaron del nuevo staff de operaciones, incluida la contratación del dirigente experimentado y con pedigrí de Grandes Ligas, Luis Urueta.
No obstante, los resultados han sido contundentes. Santiago disfruta con holgura de una clasificación temprana que permite renovar abonos y planificar con antelación el tradicional “Todos contra Todos”.
Antes de entrar en las razones, es importante aclarar un punto esencial: este no es un premio individual. El éxito de las Águilas es el reflejo de un trabajo colectivo del staff, encabezado por Urueta y respaldado por un grupo técnico de alto nivel. Joel Noboa, como coach de banca; Jorge Moncada, José Zapata, Fernando Hernández, Yunesky Maya, Ricardo Nanita, TJ Peña, Melky Cabrera, Miguel Tejada, entre otros, han aportado experiencia, planificación y ejecución para que el proyecto funcione con coherencia y resultados sostenidos.
Dicho esto, pasamos a las razones que colocan a Luis Urueta como el principal candidato al premio de Mánager del Año.
Razón 1: Los mejores resultados de la temporada
El béisbol se mide por resultados y ningún equipo los ha obtenido mejores que el que dirige Urueta. No se trata solo de clasificar, sino de hacerlo con autoridad, antelación y firmeza. El conjunto amarillo aseguró la serie regular y solo resta definir si igualará la marca histórica de victorias en un calendario de 50 juegos. Bajo cualquier análisis, los resultados del staff de Urueta han sido los mejores de LIDOM.
Razón 2: Un mánager con liderazgo
Urueta mostró liderazgo durante todo el camino. Tomó un grupo joven, con hambre de juego, y los impulsó dentro y fuera del terreno. Emmanuel Rodríguez, Ángel Genao y Adiel Amador son nombres obligatorios a resaltar, sin olvidar la revelación de Jorge Tavárez y el impacto inmediato de Jean Carlos Henríquez. Si bien el talento existe, el cuerpo técnico supo extraer lo mejor de cada uno, una clara muestra de dirección y liderazgo real.
Razón 3: Dirección de nivel
La dirección de “Pipe” y su equipo de coaches han sido los menos cuestionados de la liga, no solo por los resultados, sino por la forma. Su experiencia dirigiendo en LIDOM, tanto en el terreno como en la oficina, le ha permitido manejar el roster con precisión, entender restricciones de las organizaciones y convertir limitaciones en oportunidades, un factor clave en el béisbol invernal.
Razón 4: La mejor combinación gerencia–dirección
La relación entre gerencia y dugout ha sido ejemplar. La planificación por etapas, la cobertura oportuna de necesidades y la ejecución de cada debut hablan de un proceso ordenado. La gerencia no ha fallado en las contrataciones y el dirigente no ha fallado en la ejecución, una sinergia que se traduce en victorias sostenidas.
Razón 5: El dirigente con mejor relación con la prensa
Este aspecto suele subestimarse, pero pesa. Urueta ha sido accesible, respetuoso y claro antes y después de cada partido. Siempre dispuesto a explicar decisiones y a facilitar el trabajo informativo. Ya sea por Vmix, Zoom, llamadas o presencial, no ha puesto barreras a la comunicación, algo que también cuenta al momento de evaluar liderazgos.
Razón 6: Venciendo los pronósticos, la revelación del año
Aunque hoy las Águilas lideran la liga, no se puede obviar que han sido la gran revelación del torneo. Pocos analistas las colocaban en esta posición. Y si el argumento es que “no tenían con qué”, entonces el crédito es mayor para el staff, que maximizó los recursos disponibles. Han peleado contra todo pronóstico y se mantienen en zona de clasificación desde mediados de noviembre.
Razón 7: Identidad, disciplina y cultura ganadora
Más allá de números y récords, Urueta devolvió una identidad clara al equipo. Disciplina, ejecución de fundamentos, lectura del juego y confianza colectiva. Las Águilas juegan con propósito y estructura, reflejo directo de una cultura ganadora implantada desde el dugout.
Conclusión
Ser Mánager del Año no es solo ganar más juegos; es impactar positivamente una organización, elevar el rendimiento colectivo, manejar a jóvenes, veteranos y restricciones, y hacerlo con liderazgo, planificación y resultados.
Por números, liderazgo, dirección, manejo humano, sorpresa y cultura, el mánager del año en LIDOM tiene nombre y apellido.


