Más aciertos que desaciertos se pudo observar en la Alfombra Roja, que este año lució glamurosa, divertida, llena de elegancia y bien lograda por los diseñadores y los estilistas.

Justo a las 6 de la tarde Evelyna Rodríguez, Isaura Taveras y Gabriela Desangles hicieron su aparición. Temprano, si quieren aprovechar los primeros flashes.

Luego, la socialité Deborah Karter y la estilista Ariadna Sánchez continuaron el mismo plan. “¿Me veo bien?”, preguntó la presentadora Ingrid Gómez, “estoy nerviosa, no te lo niego…”.

A partir de ahí, todo el vivo llegó a la Alfombra Roja.

“¿Y tu esposo?”, le preguntaron a Nahiony Reyes, al verla sola, y en un radiante vestido amarillo. “No pudo asistir por compromisos de trabajo”, respondió, mientras un joven con un peluquín pasaba por décimo tercera vez. “Las desventajas de estar casada con el presidente de la Cámara de Diputados”, pensé.

A partir de ahí, y salvo pocas excepciones, un desfile de vestidos que más que un tributo a la creatividad del diseñador, honraban el buen trabajo de los cirujanos plásticos.

“Me visto por la devaluación del peso”, respondió Raqueli Fresita a la pregunta de por qué su vestido de papeletas de 500 pesos. Quizás más interesante habría sido la respuesta “No soy una papeleta de 500 para gustarle a nadie…”.

Nueve de la noche, y los últimos, las estrellas internacionales, desfilan. No es su culpa, los cientos de selfies atrasan. El joven del peluquín hace su treintava aparición. Quizás aparezca en todas las fotos, o quizá no.

Por cierto, ¿y qué le pasó a Georgina Duluc?

Los mejores vestidos