Bares y cantinas sirven de pantalla para trata sexual de latinas en EEUU

WASHINGTON.- Desde California, hasta Nueva York, Texas, Florida y otros puntos del país, algunos bares y cantinas venden “algo más que bebidas” y se han convertido en lucrativos negocios “pantalla” para la trata sexual de jóvenes latinas, según un informe difundido este jueves.

El informe de la organización “Polaris”, titulado “Más que bebidas a la venta: Desvelando las redes de trata sexual en bares y cantinas estadounidenses describe cómo estas “casas de cita con fachada comercial” continúan operando con impunidad, bajo la apariencia de bares o clubes nocturnos comunes.

En concreto, el documento describe en sus 33 páginas varios casos descubiertos en Houston (Texas), West Palm Beach (Florida), y otros lugares del noreste de Estados Unidos, aunque también se han registrado casos en 20 estados y en Puerto Rico.

Entre diciembre de 2007 y marzo pasado, la línea de ayuda del Centro Nacional de Recursos para la Trata de Personas (NHTRC, por sus siglas en inglés) y la línea“BeFree” — ambas operadas por Polaris — identificaron a 1,300 posibles víctimas provenientes de América Latina en un total de 201 casos de trata sexual, o trata sexual y explotación laboral, en cantinas y lugares similares en 20 estados y Puerto Rico.

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Sin embargo, durante ese mismo periodo, las autoridades federales procesaron solamente un puñado de estos casos,  incluyendo tres casos federales en Houston.

“Más de la mitad de las víctimas de la trata sexual identificadas en estos bares y cantinas son menores de edad, reclutadas por tratantes ansiosos por buscar a jóvenes. Tanto las víctimas adultas como las menores de edad enfrentan una violencia inimaginable”, advirtió el informe.

Estas jóvenes además “viven en un temor constantes”, aisladas de cualquier acceso a ayuda, con altas deudas, y el perenne riesgo de abuso físico o sexual, o amenazas de violencia contra sus familias.

“Estas mujeres y menores sufren una violencia brutal increíble. El problema no es un fenómeno nuevo, pero nos preocupa que las autoridades policiales no le estén prestando la atención que requiere”, dijo a este diario la autora del informe, Tessa Couture.

“No hay suficientes protecciones para las víctimas, y con este informe buscamos educar a la opinión pública sobre este problema, y presionar para que las autoridades policiales, locales, estatales y federales puedan enjuiciar” a los responsables, argumentó Couture.

Parte del problema es que las autoridades policiales no tienen suficiente capacitación para identificar las señales del negocio ilícito, y que resulta difícil recabar pruebas de que esos negocios están vendiendo “algo más que bebidas”.

El informe destacó el caso de Hortencia Medeles-Argüello, de 68 años de edad y propietaria de la cantina “Las Palmas II” y de otras cantinas en Houston y jefa de una red grande dedicada a  la trata sexual de personas. La mujer fue condenada
a cadena perpetua a finales de enero pasado.

Medeles recibía $20,000 por semana de parte de los administradores de la cantina por supervisar las operaciones de la “Sala VIP” en la parte trasera de la cantina, donde “clientes de confianza” podían elegir a adolescentes – a las que ella llamada “carne fresca”- para comprar sexo por una tarifa de $500 por hora.

También destacó el caso de “Jessica”, una joven mexicana que llegó a Nueva York con sueños de superación pero fue sometida a una década  des abuso como “esclava sexual” en una cantina que también funcionaba como burdel. Fue rescatada gracias a una redada policial y pudo recibir terapia en el Instituto Sanar, que ofrece terapia para víctimas de tráfico sexual en Nueva York y Nueva Jersey.

Bradley Myles, director ejecutivo de Polaris, dijo en un comunicado que acompaña el informe que, para frenar la victimización de mujeres latinas en estos negocios es urgente “cambiar la ecuación para los tratantes, desmantelando su modelo de negocio y haciendo que el delito sea de alto riesgo y que genere pocas ganancias”.

Según el informe, el 96% de las víctimas eran mujeres o niñas –la mayoría entre 14 y 29 años de edad-, y provenientes principalmente de México o América Central.

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El 70% de los “tratantes” o criminales implicados en este lucrativo negocio era de origen latino, y el resto eran ciudadanos estadounidenses. Alrededor de un tercio de los “tratantes” eran mujeres, indicó el informe.

Estos “tratantes” trabajaban conjuntamente con redes criminales en México y Centroamérica para servir como fuentes de abastecimiento, o en algunos casos eran miembros de cárteles o de pandillas en Estados Unidos.

Al igual que sucede con otros patrones de tráfico de humanos, las víctimas no todo el tiempo saben que están emigrando a EEUU de forma ilegal, y el 29% recibió ofertas de trabajo fraudulentas.

Algunas, con suerte, lograron acceso a ayuda irónicamente a través de “clientes” en busca de servicios sexuales. Un 14% tuvo contacto con la policía o con agentes de inmigración pero, en su mayoría, esto no resultó en su identificación como víctimas ni en su rescate.

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En general, los criminales buscan a sus víctimas entre mujeres y niñas vulnerables que huyen de la violencia o la pobreza en sus países, sin sospechar que en EEUU también serían sometidas a más violencia y explotación laboral.

De hecho, el informe señaló qu el 51% de las víctimas reportó algún tipo de abuso económico, como “deudas excesivas” o robo de sueldo, aunque la cifra real “podría ser mucho más alta”.

Polaris es una organización sin fines de lucro dedicada a la lucha global para desmantelar las redes de trata de personas, contribuir al enjuiciamiento de criminales, y ofrecer ayuda a las víctimas.

Las personas que necesiten ayuda o quieran denunciar un posible caso de trata de humanos, pueden llamar al Centro Nacional de Recursos para la Trata de Personas al 1-888-373-7888 o envíe un mensaje de texto a Polaris con el texto “HELP” a “BeFree” (233733).

Fuente: eldiariony.com

El informe completo se puede descargar aquí.

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