El huracán Irma, una de las tormentas más poderosas que ha azotado al Atlántico en un siglo, dejó atrás a Puerto Rico el miércoles tras golpear a varias islas más pequeñas del Caribe con una combinación catastrófica de fuertes vientos, oleaje y lluvia que dejó al menos once muertos.
El ojo de Irma estaba pasando justo al norte de Puerto Rico el miércoles en la noche, y azotaba a la capital del Estado libre asociado, San Juan, con fuertes aguaceros y vientos que arrojaban ramas de árboles sobre las carreteras.
Irma ha sido descrita por meteorólogos como un huracán “potencialmente catastrófico” de categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson de intensidad de huracanes, y va en un curso de colisión hacia el estado de Florida.
También nación de dos islas de Antigua y Barbuda fue especialmente golpeada. La isla más septentrional, Barbuda, que alberga a unas 1.800 personas, fue “totalmente destruida” y el 90 por ciento de las viviendas allí fueron destrozadas, dijo el primer ministro Gaston Browne, según transmisiones locales de televisión.
Browne dijo que se confirmó la muerte de una persona en Barbuda. En Barbados se reportó una segunda víctima fatal relacionada con la tormenta, un surfista, y por lo menos ocho personas fallecieron en las islas caribeñas de San Martín y San Bartolomé. Allí, Irma destruyó el 95% de la parte francesa de la isla.
Irma, con vientos sostenidos de 300 kilómetros por hora (kph), llegaría a Florida el sábado o el domingo, convirtiéndose en el segundo gran huracán que golpea al territorio continental de Estados Unidos en igual cantidad de semanas.
Aunque la intensidad de Irma podía fluctuar, y su curso preciso es incierto, se espera que por lo menos siga siendo una tormenta categoría 4 antes de llegar a Florida.