ORLANDO DICE… Las consecuencias de las declaraciones de Quirino

EL SILENCIO.- Leonel Fernández aprendió el pasado domingo en la tarde lo que Herb Schmertz sabía en el 1986 cuando publicó su libro “Good Bye to the Low Profile”, cuya versión es español se titula “El Silencio No es Rentable”. Mantener esa actitud distante, como si el escarceo de opinión pública alrededor de Quirino Paulino Castillo no lo afectara, solo favorecía a sus oponentes. No había dudas de que el narcotraficante devino en  arma poderosa, y lo era más por la insistencia de quien podía calificarse de enemigo súbito, además de las facilidades que le proveían los medios, pero sobre todo porque Fernández no presentaba batalla. Pensó, de seguro, en los rangos, en las categorías, en que no le convenía desde el punto político o moral batirse con un delincuente. Y era lógico. Solo que en República Dominicana “el que calla, otorga”, y con su renuencia a dar la cara estaba otorgando demasiado. Por ejemplo, su perseguidor más implacable, Hipólito Mejía, estuvo reclamando que respondiera la imputación de Paulino Castillo. Y lo hacía con el doble propósito de ponerlo en apuros, pero igual cobrarse la que le hicieron durante la pasada campaña electoral al asociarlo con dicho sujeto…

EL EMERGENTE.- No es que la declaración de Leonel Fernández lo libre de sospecha o le quite de encima a Quirino Paulino Castillo, pero por lo menos levanta el ánimo de sus seguidores, cuyo decaimiento y falta de iniciativa ponían en peligro la causa. En los mentideros peledeístas o en cercanía del expresidente se atribuye a Diandino Peña la diligencia de la visita y del encuentro.   Esto es, un cuadro del leonelismo que no califica entre los políticos. Una especie de emergente, de refuerzo oportuno, pues aunque las relaciones entre Fernández y Peña son las mejores del mundo, las actuaciones de este último se dan en el campo de las construcciones, los  constructores y los cotizantes del proyecto político. ¿Qué vio Peña que no los políticos de profesión o estrategas como Frankin Almeyda, Rafael Alburquerque y demás miembros de la corte que rodea al agraviado exmandatario? El “espaldarazo” del presidente Danilo Medina funcionó, o hizo menos horroroso el panorama…

¿AHORA QUÉ?.- Falta ver ahora cuál será la  reacción de Quirino Paulino Castillo, de si seguirá  en su afán de detractar a Leonel Fernández, o se guardará para una ocasión mejor, más cercana a las elecciones, si finalmente el expresidente se hace con la candidatura del PLD. Franklin Almeyda dice que el narcotraficante sacó la nueva cédula en las oficinas del consulado dominicano en Nueva York, con lo que entiende el sujeto está en libertad y en condiciones de continuar su cruzada contra su jefe político. No se sabe cómo es que el extraditado tiene tan buenos amigos y estos conocen de sus actuales pasos, y también los futuros. Dicen que  vendrá en marzo, y será interesante, pues no lo hará en iguales condiciones que cuando se lo llevaron. Ahora, sin sonrojo ni pudor, podrá intervenir en el debate político nacional. Que nadie se asombre si resulta exitoso, pues parece que hay un sector que le encanta que la política dominicana se degrade hasta a esos términos. Y tal vez no valga la comparación, pero Evo Morales de líder de los cocaleros llegó a la presidencia de Bolivia…

LA SALIVA.- El escenario político que se avecina será como un arco iris pintado por un niño, con colores muy cargados, pues si un narcotraficante como Quirino Paulino Castillo participa como testigo de cargo contra Leonel Fernández, de seguro que otros capos entrarán al ruedo. En este caso del lado contrario. Esto es, cada cual sacará su perro rabioso con colmillos al aire y baba, o lo soltará para que muerda. Si no se procesa a Paulino Castillo por lo que diga contra Fernández, tampoco se podrá perseguir al delincuente, procesado o no, condenado o no, que revele tratos con los demás candidatos. Y será un caso único en el mundo, en que la impunidad proveerá transparencia. Vaya cinismo. Para que estos capitales se muevan en la sombra, financiando candidatos, que lo hagan a plena luz del día para que los electores decidan su voto a conciencia. Esa era una tecla que no debió tocarse, pero lo hicieron, y de seguro que ahora el piano sonará como órgano. Pero no de templo, sino de cabaret de mala muerte. Se va a escupir para arriba y la saliva podrá caer en la cara menos pensada…

Artículo Invitado:

Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do
@orlandogildice
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